Magnus Caza-por-placer

La vida de Magnus, en contra de lo que se pueda pensar, al ser un metis, no ha estado marcada ni por el desprecio ni la exclusión. Sus padres, desconocidos incluso por él mismo, le entregaron a la custodia del Clan de la Guarida del Fenris, para que fuese educado como uno de los guerreros del apocalipsis. Nada se sabe del destino ulterior de ninguno de ellos. Sea como fuere, desde muy temprana edad, Magnus se ganó el kennigar que luego sería su nombre espiritual, Caza-por-placer. Se dice que disfruta causando daño a aquellos que considera más débiles que él mismo, y a él mismo se le ha escuchado alguna vez afirmar que todos son más débiles que él.

Durante los años previos al Primer Cambio, fue vigilado y cuidado por otros metis, pero en cuanto fue adulto para los estándares Garou, pasó a formar parte de la población actuva del Clan. Rápidamente se creó un grupo de seguidores a su alrededor, muchachos hoscos y con aire duro que le identificaban como a los líderes de los que les contaban historias los mayores. Lejos de vanagloriarse de este halago, su comportamiento siguió siendo el mismo. El objetivo de su vida fue, y es, mejorar como guerrero para dar caza al Wyrm. En ocasiones las deformidades que acarrea la condición metis no se reflejan en el cuerpo, y sólo anidan en la mente del Garou. Es posible que este sea el caso de Magnus, obsesionado con ese fin.


Ciertamente en su comportamiento puede advertirse esa dureza y severidad ante los demás que puede llegar a confundirse con crueldad (en algunos casos lo es). Como guerrero no parece tener rival y ya es notorio en sí el haber ascendido al rango de Adren. El hecho de haber sido criado en un lugar que tiene pocas diferencias con un campo militar le ha ahorrado el desprecio inherente a su raza, ya que en lugar de percibirlo como una discriminación, Caza-por-placer lo asumió como una simple prueba más de su fortaleza.

Hace unos años, fue llamado junto a su manada, conocida por su mismo nombre, para ocupar un lugar de relevancia en la ciudad de Jarkov. Nadie puede decir que Magnus se quejase o se opusiera a ello, pues jamás ha desobedecido una orden superior, pero es evidente que le disgusta tal encargo. Él y los suyos se encuentran más cómodos en campo abierto, o en la Umbra, destruyendo al Wyrm poco a poco, criatura a criatura, sin preocuparse de los daños colaterales. Entre la tribu, no es desconocido el hecho de que al llegar a Jarkov, sustituían a la Estirpe del Fenris, con los que ya mantenían rivalidad en el túmulo de origen de ambas manadas.

En la actualidad, gobierna la ciudad del mismo modo que a su manada. Con puño de hierro. Ni espera ni tolera explicaciones que encubran fallos o debilidad. Lamentablemente, una ciudad del tamaño de Jarkov no es una manada. En su manada no hay agentes del Wyrm, no hay humanos ignorantes de la guerra que se desarrolla a su alrededor, ni Garous que piensen que ser un Camada de Fenris no es sinónimo de algo bueno necesariamente.