Cuento: La Flor de Fuego
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Cuento: La Flor de Fuego
Hace muchos años existía una dama de belleza sin igual, era tal su belleza que todos los hombres quedaban prendados de ella, sin embargo era tan egoísta como bella y solo quería alrededor de ella cosas equiparables a ella.
Por eso cuando los jóvenes iban a proponerle matrimonio ella pedía algo que parecía ser imposible.
Los años pasaron pero la joven seguía siendo hermosa, los años no pasaban por ella. Un día la vio un hombre, y quedo prendado de su belleza. Cuando él se acerco, la muchacha lo vio por encima del hombro. Aun así el joven no desistió y le hablo de palabras de amor. La egoísta princesa, viendo que era un hombre sin valor alguno decidió burlarse de él como de todos los demás.
Tengo frío, -Le dijo la princesa.
El joven rápidamente quiso quitarse su capa y ofrecérsela para abrigarla, sin embargo la joven lo rechazo.
-Yo solo puedo ser abrigada por el calor de la flor de fuego, nadie ha conseguido traérmela ¿tu me la traerás?
Por eso cuando los jóvenes iban a proponerle matrimonio ella pedía algo que parecía ser imposible.
Los años pasaron pero la joven seguía siendo hermosa, los años no pasaban por ella. Un día la vio un hombre, y quedo prendado de su belleza. Cuando él se acerco, la muchacha lo vio por encima del hombro. Aun así el joven no desistió y le hablo de palabras de amor. La egoísta princesa, viendo que era un hombre sin valor alguno decidió burlarse de él como de todos los demás.
Tengo frío, -Le dijo la princesa.
El joven rápidamente quiso quitarse su capa y ofrecérsela para abrigarla, sin embargo la joven lo rechazo.
-Yo solo puedo ser abrigada por el calor de la flor de fuego, nadie ha conseguido traérmela ¿tu me la traerás?
Sin duda alguna el humano asintió y partió en viaje a la búsqueda de la flor de la princesa.
Dio muchos pasos, anduvo muchos caminos, camino muchos sitios. Busco en ciudades, bosque y desiertos. Pero nadie supo nunca que decirle.
Sin embargo el joven no desistia, quería hacer a la princesa feliz y demostrarle así su amor.
Pasaron los años y un día, en un bosque, un pequeño ser feerico se acerco al hombre mayor en que se había convertido el joven.
Al escuchar la historia del hombre la hada se apiado de él y le contó que para hallar esa flor tendría que pagar un precio muy alto.
Él asintió,- Mi vida entregaría sin con eso ella es feliz.
Al tiempo la princesa recibió un presente. Era una hermosa flor. Sus pétalos dentelleaban en unos tonos rojos, naranjas y amarillos, chisporreteando como las llamas, dando un dulce calor a la persona que lo sujetaba.
La princesa la observo por un instante maravillada, tomo la tarjeta que lo acompañaba.
Si la cuidas con amor recibirás un calor protector que te alumbrada y te cuidara eternamente. Como prueba de amor entregue mi vida por esta flor. Así que trátalo como si fuera yo porque es mi corazón.
Tras leer la carta de despedida de aquel que había entregado su vida por amor, horrorizada con sus propias manos intento destruir la flor llena de odio. Sin embargo, al tocar con esos deseos la flor, la joven ardió en llamas consumiéndose y convirtiéndose en flor junto a la otra flor.
El ser feerico, apiadándose del sacrificio que hizo el joven tomo la flor de él y la coloco en un hermoso lugar acompañado de mas flores, y de naturaleza, pudiendo así dar esa flor su calor protector haciendo feliz a todo aquel que la rodeara y la viera.
La otra flor, llena de odio un odio que lo devorará a todo, fue alejada impidiendo que su fuego tocara a otros.
EL amor y el odio arde con la misma intencidad pero el calor que da cada flor es muy diferente.
Dio muchos pasos, anduvo muchos caminos, camino muchos sitios. Busco en ciudades, bosque y desiertos. Pero nadie supo nunca que decirle.
Sin embargo el joven no desistia, quería hacer a la princesa feliz y demostrarle así su amor.
Pasaron los años y un día, en un bosque, un pequeño ser feerico se acerco al hombre mayor en que se había convertido el joven.
Al escuchar la historia del hombre la hada se apiado de él y le contó que para hallar esa flor tendría que pagar un precio muy alto.
Él asintió,- Mi vida entregaría sin con eso ella es feliz.
Al tiempo la princesa recibió un presente. Era una hermosa flor. Sus pétalos dentelleaban en unos tonos rojos, naranjas y amarillos, chisporreteando como las llamas, dando un dulce calor a la persona que lo sujetaba.
La princesa la observo por un instante maravillada, tomo la tarjeta que lo acompañaba.
Si la cuidas con amor recibirás un calor protector que te alumbrada y te cuidara eternamente. Como prueba de amor entregue mi vida por esta flor. Así que trátalo como si fuera yo porque es mi corazón.
Tras leer la carta de despedida de aquel que había entregado su vida por amor, horrorizada con sus propias manos intento destruir la flor llena de odio. Sin embargo, al tocar con esos deseos la flor, la joven ardió en llamas consumiéndose y convirtiéndose en flor junto a la otra flor.
El ser feerico, apiadándose del sacrificio que hizo el joven tomo la flor de él y la coloco en un hermoso lugar acompañado de mas flores, y de naturaleza, pudiendo así dar esa flor su calor protector haciendo feliz a todo aquel que la rodeara y la viera.
La otra flor, llena de odio un odio que lo devorará a todo, fue alejada impidiendo que su fuego tocara a otros.
EL amor y el odio arde con la misma intencidad pero el calor que da cada flor es muy diferente.
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