Historia de "Bastardo Real " -- Cap. 4 ... la jodida familia --
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Historia de "Bastardo Real " -- Cap. 4 ... la jodida familia --
Era mi primer día fuera de la cárcel, había estado con la manada y estaba deseando llegar a mi casa, la cual olía a estercolero... demasiado tiempo sin preocuparme por el polvo. Me acerque a la cocina y abrir la nevera:
- ¡¡ Jodida mierda, se me olvido la leche !!.- grité en voz alta.
- No es eso lo único que has olvidado imbécil.- dijo una voz grave en aquella habitación, la cual reconocía perfectamente.
- Joder Klaus, me has asustado, he dejado la manada hace un rato, no te vi.- dije yo con tranquilidad.
- Estaba comprobando la mierda que has dejado.- dijo klaus, philodox y guardia de la manada, y estaba enfrente de mi en su mayor forma.
- ¿de que carajo hablas?.-pregunte yo.
El directamente alzo su garra y golpeo con ella mi cara lanzándome a través de la habitación, mi caída la amortiguo el sillón, la televisión, la única estantería que tenia y por ultimo pero no menos importante... la pared. Un fuerte crujido resonó en aquel piso en ese instante.
- ¿Me puedes decir que pasa Klaus?.- volví a preguntar.
- ¿conoces a clara brightman?.- preguntó.
- Sí, es la mujer de acero negro.- contesté.
- ¿y a Leroy Martín?.-preguntó de nuevo.
- Sí, el hijo mayor de Lamia roja.- contesté.
- ¿y a Macius finnegan, Marc Sands, Mirta Oswald?.- Preguntó alzando la voz.
- Si joder, son parentela de la manada, ¿que ha pasado?.- pregunté ya alterado, casi suplicante.
- ¿Cuanto hace que no te ocupas de tus negocios, de esa puta mina de oro que tienes gilipollas?.- empezó a decir el mientras se acercaba.
En ese momento caí en la cuenta, todos esos nombres, eran mi lista de clientes, aquellos parentela a los que convencía para que invirtieran.
- Sí, lo se, hace tiempo que no he podido encargarme de su dinero, pero si algo ha fallado juro que lo recuperare, ha sido causa de fuerza mayor Klaus, tu lo sabes, he estado en la cárcel.- intenté excusarme.
- Han sido infectados por los draugr y todos eran tus clientes, todo es tu puta culpa.- dijo señalándome con el dedo.
- ¡¡¿Como?!!., imposible, no tengo tratos con ellos desde hace tiempo, solo he matado a uno, nos mantenemos distanciados, tu me lo recomendaste, ¿estáis seguros?.-dije yo inocente.
.... algo más tarde, piso de tio Frank
No me pare a llamar a la puerta simplemente la derribe, era la hora de la cena, y el estaba comiendo en la cocina, pase por el pasillo, la sala de estar y llegue a donde el estaba, allí parado en el marco de la puerta me miro fijamente y sonrio por un momento y dijo:
- Hola muchacho, hacia tiempo... dime a que cojones tanta prisa.- dijo mientras se limpiaba la boca.
- Necesito la dirección de Paolo y la necesito ya.- dije secamente sin pestañear.
- Aun con esas tonterías chi... - di un puñetazo en el marco de la puerta cortándole.
- ¡¡Dame la puta dirección de un vez!!.- dije mientras casaba mi 9mm y le apuntaba.
- joder, esta en mi agenda arriba. Otra vez con la misma mierda y la puta pistola de los cojones, madonna... chico, somos familias no vas a dispararme.- dijo el mientras que dejaba de mirarme para servirse algo de vino.
Las dos noches consecutivas, fueron rojas a cada minuto, descubrí donde estaba esa puta draugr italiana, le saque la información que necesitaba a bases de aullidos, al parecer trabajaba para una casa menor entre ellos, una tal giovanni, me dijo que hablaban con espíritus, supuse que por ello sabían donde encontrarme y a quien preguntar, obtuve la localización del vampiro... era dueño de un centro de trasporte de un restaurante nocturno. Por el dia llene algunos almacenes de explosivos, junto con ese pub... al vampiro lo mate de dia, y antes de quemarlo todo busque entre sus pertenencias y un draugr me llevo a otro, y a otro... tenia dos dias, y los estaba aprovechando. Al final de aquellos dos días, fueron un total de 8 draugr... y un sin fin de putas de los mismos. Sin ninguna distinción.
- ¡¡ Jodida mierda, se me olvido la leche !!.- grité en voz alta.
- No es eso lo único que has olvidado imbécil.- dijo una voz grave en aquella habitación, la cual reconocía perfectamente.
- Joder Klaus, me has asustado, he dejado la manada hace un rato, no te vi.- dije yo con tranquilidad.
- Estaba comprobando la mierda que has dejado.- dijo klaus, philodox y guardia de la manada, y estaba enfrente de mi en su mayor forma.
- ¿de que carajo hablas?.-pregunte yo.
El directamente alzo su garra y golpeo con ella mi cara lanzándome a través de la habitación, mi caída la amortiguo el sillón, la televisión, la única estantería que tenia y por ultimo pero no menos importante... la pared. Un fuerte crujido resonó en aquel piso en ese instante.
- ¿Me puedes decir que pasa Klaus?.- volví a preguntar.
- ¿conoces a clara brightman?.- preguntó.
- Sí, es la mujer de acero negro.- contesté.
- ¿y a Leroy Martín?.-preguntó de nuevo.
- Sí, el hijo mayor de Lamia roja.- contesté.
- ¿y a Macius finnegan, Marc Sands, Mirta Oswald?.- Preguntó alzando la voz.
- Si joder, son parentela de la manada, ¿que ha pasado?.- pregunté ya alterado, casi suplicante.
- ¿Cuanto hace que no te ocupas de tus negocios, de esa puta mina de oro que tienes gilipollas?.- empezó a decir el mientras se acercaba.
En ese momento caí en la cuenta, todos esos nombres, eran mi lista de clientes, aquellos parentela a los que convencía para que invirtieran.
- Sí, lo se, hace tiempo que no he podido encargarme de su dinero, pero si algo ha fallado juro que lo recuperare, ha sido causa de fuerza mayor Klaus, tu lo sabes, he estado en la cárcel.- intenté excusarme.
- Han sido infectados por los draugr y todos eran tus clientes, todo es tu puta culpa.- dijo señalándome con el dedo.
- ¡¡¿Como?!!., imposible, no tengo tratos con ellos desde hace tiempo, solo he matado a uno, nos mantenemos distanciados, tu me lo recomendaste, ¿estáis seguros?.-dije yo inocente.
En ese instante el piso fuertemente mi pierna y un chasquido salido de ella, de nuevo estaba rota y grite por el dolor y la presión que la enorme pata de Klaus estaba forzando. - APESTAN IDIOTA.- gritó el. - Apestan... - solo pude repetir esa palabra y en ese momento me acorde de ese extraño olor hace ya unos meses, ese puto italiano, por aquel entonces no sabia distinguir, ni siquiera sabia lo que eran los draugr, y les di sus direcciones, y no me preocupe mas tarde de hablar con el... quizás si me hubiese preocupado mas por esta familia, hubiese tratado mas personalmente con el y hubiese recordado su olor.- ARRRGG .-grite mientras que mi cuerpo se transformaba, pero la enorme garra de Klaus tomo mi cabeza y la empujó contra el suelo diciendo: - Tienes dos días, Fostern Skald .-mi nuevo titulo viniendo de sus garganta sonaba ahora a ponzoña.- si en esos dos días no solucionas esto... nosotros nos encargaremos, y el primero en morir seras tu. En ese momento me arrastre hacia Klaus antes de que este saliera del piso, y con la voz rota dije: - Por favor, mi forseti... ayúdame a entender lo que ha pasado, ¿cual ha sido mi maldito error?.-pregunte suplicante sin levantar la mirada. - Da igual a las sabandijas que mates, las pruebas que superes, da igual cuantas criaturas de la gran bastarda mates por la “familia”, si después no estas con ella, cada día que no estas, cada día que no eres uno mas de la manada, nuestros enemigos lo aprovechan... el honor no es nada, si la moneda de cambio son los tuyos.- dijo todo eso y al terminar giro levemente la cabeza y mirándome de reojo con cierto asco en su mirada concluyo.- Que te cunda el “Honorable” rango de Fostern. Cuando Klaus salio del piso, rápidamente me senté sobre el suelo, y espere lo justo a lamerme las heridas, sabia lo que tenia que hacer y sabia como hacerlo, aun era de noche y la podía aprovechar. Abrí el armario y saque toda la munición y armas que necesitaba, la gasolina la iria comprando por el camino. Una hora después ya había salido de mi casa. Por el camino desperté a varios colegas de New Jersey... quería saber donde vivía ese maldito italiano, y todos me respondieron lo mismo... el único que sabia donde vivía era tio Frank. Por un momento para el coche, y pensé sobre el tío y la familia... no podía negar que el era mi familia también, pero la balanza estaba clara, le sacaría esa dirección pero no quitaría una vida gratuita, no durante estas dos noches, en las cuales la vida cobraba para mi un sentido bastante voluble, era prioritario marcarme ya los limites. De nuevo arranque el coche, y dispuse rumbo a casa de tio Frank. |
.... algo más tarde, piso de tio Frank
No me pare a llamar a la puerta simplemente la derribe, era la hora de la cena, y el estaba comiendo en la cocina, pase por el pasillo, la sala de estar y llegue a donde el estaba, allí parado en el marco de la puerta me miro fijamente y sonrio por un momento y dijo:
- Hola muchacho, hacia tiempo... dime a que cojones tanta prisa.- dijo mientras se limpiaba la boca.
- Necesito la dirección de Paolo y la necesito ya.- dije secamente sin pestañear.
- Aun con esas tonterías chi... - di un puñetazo en el marco de la puerta cortándole.
- ¡¡Dame la puta dirección de un vez!!.- dije mientras casaba mi 9mm y le apuntaba.
- joder, esta en mi agenda arriba. Otra vez con la misma mierda y la puta pistola de los cojones, madonna... chico, somos familias no vas a dispararme.- dijo el mientras que dejaba de mirarme para servirse algo de vino.
Mientras que el vino se derramaba sobre su copa y el parecía tranquilo, yo alzé el mentón por un momento y aspirar los diferentes olores de la cocina, y uno de ellos era muy particular, el mismo que me hizo centrarme mas en mi tío, con calma le dije: - Tito...- el me miro y yo apreté el gatillo, sus sesos quedaron impreso en la pared.- te dije que si me decías que no te podía disparar una vez mas, te mataría, mis putas promesas no caducan... apestas.- diciendo esto marche a tomar su agenda. |
Las dos noches consecutivas, fueron rojas a cada minuto, descubrí donde estaba esa puta draugr italiana, le saque la información que necesitaba a bases de aullidos, al parecer trabajaba para una casa menor entre ellos, una tal giovanni, me dijo que hablaban con espíritus, supuse que por ello sabían donde encontrarme y a quien preguntar, obtuve la localización del vampiro... era dueño de un centro de trasporte de un restaurante nocturno. Por el dia llene algunos almacenes de explosivos, junto con ese pub... al vampiro lo mate de dia, y antes de quemarlo todo busque entre sus pertenencias y un draugr me llevo a otro, y a otro... tenia dos dias, y los estaba aprovechando. Al final de aquellos dos días, fueron un total de 8 draugr... y un sin fin de putas de los mismos. Sin ninguna distinción.
Daigotsu- Soldado
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