National Mall (parque)

- Y no es la unica que puedes tomar - dijo riendose.

Estuvieron casi diez minutos, jugando. Dejando que se acostumbrara a su nuevo cuerpo, su agilidad, su fuerza, nuevas percepciones y retos.

-¡Ya, ya... ahora a dormir!. Mañana te espera conocer tu nuevo hogar y a más compañeros. Tienes mucho que aprender y muy importante -

A pesar de no haber tomado esa forma nunca, al menos que ella fuera consciente de ello, se sentía genial. Sus músculos y las fuerzas de sus patas eran sorprendentes y la agilidad con la que se movía impresionantes. Jugó con aquella loba durante algún tiempo saltando de un lado para otro hasta que se dejó caer en la cama agachando las orejas cuando escuchó que tenía que irse a dormir pensando.

-Vamos... ¿Me estás diciendo que esperas que me vaya a dormir ahora que sé que me puedo convertir en lobo? -dijo la chica mirando a Lily. -No creo que pueda dormir en una semana con la cantidad de cosas que estoy descubriendo ahora. Puedes irte si quieres. No iré a ninguna parte. Pero no conseguirás que duerma ahora... -comentó con sonrisa lobuna meciendo su cola de lado a lado aunque lo cierto es que se encontraba bastante cansada, aún no quería que aquello acabase. Tal vez si se fuera a dormir se despertaría de aquel sueño tan raro.

- Esta bien... - suspiro hondo, para darle un golpecito suave en el morro, con su morro. - Vuelve a tu forma humana, te llevare a un lugar especial, pero me tienes que prometer que si te sientes mal o muy enojada con algo, me avises rapidamente -

Salto de la cama y fue a encender el televisor con una pata, para luego dejarlo sin volumen.

Alex al ver que cedía a sus peticiones soltó pequeño aullido encantada. Cerró los ojos de nuevo y se concentró para volver a su forma humana. En poco tiempo, volvía a ser una chica de pelo corto y mejillas redondas. Su sonrisa se ensanchó acercándose a la televisión para ver qué era lo que aquella loba quería hacer. Estaba encantada con todo aquello, sin duda.

-Lo prometo. ¿Vas a hacer algo con la televisión? ¿Algún tipo de magia? -preguntó antes de darle tiempo siquiera a responder completamente ansiosa. Quería saber más y más a cada momento que pasaba. Ya casi había olvidado todo lo malo pasado. O al menos, eso pensaba.

- Asi es - respondio Lily retornando a su forma humana, para tomarle la mano. - Te voy a llevar al otro lado del espejo, Alicia- la miro, comedida - Nosotros lo llamamos Umbra, es el reino donde moran los espiritus del mundo -

Alex la miró con fascinación. ¿Cómo podía ser todo aquello tan real y al mismo tiempo tan sumamente surrealista? Si no lo hubiera hecho ella misma, ahora se estaría frotando los ojos para intentar convencerse de que no era todo un sueño. Se puso en pie y tomó la mano de la mujer apretándola levemente palpando el material y el calor que manaba. Sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona.

-Estoy lista. Cuando quieras -dijo con voz calmada esperando a que algo ocurriese.

Sintio que le daba un pequeño tiron y pareciera que pasaba bajo una cascada de agua, de como se enturviaron sus ojos, aunque solo duro unos breves segundos. Incluso el frio y la sensacion de haberse mojado, permanecian.

Y ahi estaba, era la habitacion sin duda, pero cambiada. Los colores mismos habian desaparecido, reemplazados por tonos grises. La cama era veinte años distinta, retrocedida hasta un modelo de muelles y colchon relleno en vez del comodo sistema anterior.

La television y las lamparas eran lo mas increible de la habitacion... arañas. Una unica araña de metal que movia sus patitas alterando el color o las formas de las imagenes emitidas, por sus pequeños ojos circulares. Mientras que las de las luces, eran pequeñas arañas plateadas que colgaban del techo, con la boca abierta para emitir luz, la luz que habian dejado encendida en el mundo real.

(Vienen de Tumulo)

Caminando y hablando, sin fijarse en el rumbo habian llegado a uno de los limites del propio parque, cortado por las aguas del rio. Frente a ellos quedaba la ribera portuaria de Washington con sus locales deportivos, musicales y algun que otro refugio para los recuerdos de dias mejores, en forma de pequeños locales marineros de copas.

Era un lugar de paseo, mas para la gente de la ciudad, que para el turismo.

Para llegar solo podian nadar o esperar que el ferry de la basura pasara por su lado, e intentar que el parentela les pasara al otro lado, siempre y cuando le hicieran señas. Hanna lo habia escuchado alguna que otra vez de otros roehuesos, que por diez dolares bien colocados o una botella de whisky, lo hacia, pero ellos no tenian ni lo uno ni lo otro y el barco aun estaba lejos, por el sonido de sus motores, puede que a varios cientos de metros por delante de ellos, por llegar.

Si bien resulta, esa zona no acabara de ser de su gusto, siempre podian deambular hacia "Nocturna", al norte, subiendo por la ribera y disfrutando del olorcito a pescado frito de las diferentes cocinas. Divertirse quizas con la musica al aire libre de la Cantina Marina, o incluso colarse en las lineas del "Metro" por la escalera de servicio para practicar algo de surf a la manera de las ratas, a pesar de su evidente peligro.

Jesse respiro con cierto alivo el alejarse de aquel lugar, en parte lo trataban bien aunque habia cierto recelo de varias partes o almenos eso sentia; camino hasta al orilla y observo el otro lado con cierta impotencia. - Como podemos cruzar? - Pregunto el Joven Ronin.

A lo lejos el barco que transportaba basura parecia acercarse a cada momento pero no era del todo seguro por lo visto - Nadamos? -

Spoiler:

-Nadar.... No lo veo-mira al otro lado buscando la otra orilla del rio-... No es que me de miedo el agua... pero...-miraba el agua y miraba a ellos mismos- ... ¿me dices que hacemos en la otra orilla mojados como perros y sin poder cambiarnos de ropa?
Reflexionando un poco en la manera de cruzar- Si quieres podemos intentar birlar unas botellas de whiskis para sobornar al barquero del cruero.
Se voltea para verlo, -¿te ves cualificado para esa mision o... te aterra la idea de ser pillado?- con su habitual tono de broma , pero se nota claramente que lo reta para que se le una a la travesura de turno.