On-Rol. Túmulo

El Padre Thomas se rasco la barbilla, una vez más, mientras esperaba que dejaran de llegar los cachorros mencionados por "Aviva el Fuego". Si hubiera sabido que el Señor de las Sombras traería tantos aprendices consigo, habría mandado al pomposo hidalgo de vuelta, mucho antes.

Atreides se sonreía desde el otro lado del fulgente haz de luz lunar. Para el maestro de portales, una hora o dos mas, no le arruinarían el plan de fin semana, mientras que para el Guardián, ahora quedaba la peor de las partes, escuchar el incesante gorgojeo de presentaciones emplumadas y preguntas sin cese. Si bien era un hombre amable, el mentor de los muchachos ya le había irritado en las primeras 24 horas de estancia en el túmulo.

La gran festividad de verano estaba por comenzar, y este año tras muchas deliberaciones la fortuna y el honor había recaído en el Clan del Despertar. Si bien como efecto vacacional no tenia mayor relevancia, como elemento de enseñanzas, respeto y monumento al bien llevarse con otras tribus si mantenía alto nivel de importancia.

Lo que para unas tribus significaba que los roehuesos soportarían con invicto modelo de buena fe, aguantar, enseñar y mantener entretenidos y aventurados a un buen numero de cachorros y alumnos aventajados. Y para algunos roehuesos un puñetero campamento de verano, por mas florituras que le echasen al asunto.

Si, tal y como pensaba el Padre Thomas, aquel iba a ser un verano muuuuuy largo.

Angus se encontraba en las cercanías de los portales, pero en el plano físico. Es un hombre de mediana edad, no especialmente fornido ni alto, de pelo rojizo y corto. Sus ojos de color marrón verdoso parecen observarlo todo con sana curiosidad y atención. Pese a no tener nada destacable, su presencia llama la atención. Tiene ese "no se qué" que le hace agradable a los ojos ajenos. De pie, sin hacer nada, con las manos cruzadas frente a sí, parece estar en el lugar correcto, en el momento correcto y de la manera correcta.

A su lado, con pinta de aburrido pese a observar con interés algo que decididamente no ve, hay un muchacho, de cierto parecido físico con él, aunque algo más corpulento. Ambos van bien vestidos, aunque el joven con un aspecto más juvenil, pues no debe llegar a los 15 años. Con frecuencia pregunta cosas en voz baja a Angus, que le responde pacientemente.

Debido a la presencia de William, así se llama el muchacho, han realizado el viaje por métodos más convencionales, en lugar de cruzar los puentes lunares de la Umbra. La fecha y los ritos programados en el Túmulo parecen llamar la atención de ambos.

-Ten paciencia, William... ya nos atenderán, están ocupados en otros asuntos necesarios...

Tras un rato de esperar pacientemente, y viendo a su sobrino inquieto por la tardanza, Angus le cuenta lo que sabe sobre el Túmulo, que de todas formas no es gran cosa. Finalmente, le dice:
-Espera aquí un poco más... voy a ver si queda mucho. No te metas en líos y no te alejes.

Tras ello busca algún sitio discreto desde el que pasar al otro lado, a la penumbra.

La alta hierba fresca, es suave bajo los pies. O al menos así lo sentiría sino tuviera puesto unas botas. Sin papeleras, sin farolas, ni un solo hilo de telaraña o elemento de la tejedora en metros a la redonda.

La noche trae calida brisa y aquí y allá, algunas ratas corretean inquietas de un lado a otro, jugando a intentar capturar las pocas lúnulas que no están ocupadas con el puente lunar.

Las estrellas brillan fuertes esta noche, y varias veces de pasada, se oscurecen cuando Águila vuelta alto, ocultándolas al proyectar una gran sombra sobre el mundo espiritual, en cada movimiento de sus poderosas alas.

- ¿Te has perdido, hermano? - una joven voz llega clara como el agua, unos metros a su lado. La levantada cabeza sobre sus patas, desvela que lleva un rato echado entre la hierba, en su forma lobuna observando las estrellas.

Su pelaje es ocre, con leves jaspeos blancos en las patas y el antifaz. Su cuerpo firme, con músculos elegantes y lomo fuerte, con olores que mezclan el dulce fuerte, con el agua mojada de la hierba. En su cuello se observa una Araucaria de claro color amatista.

El lupus mantiene una sonrisa suave en todo momento, pero su postura muestra que esta atento a los movimientos del recién llegado.

Ciertamente lo esperaban. El guardián ya le había comentado que otros Fianna.

- Lily y William, estarán encantados. Hace más de un año que no ven tantos Fiannas reunidos, con usted y su sobrino ya hacen cuatro mas - respondió echándose unos pasos atrás, agradeciendo con la pose el que se inclinara a su altura, para luego cambiar de forma, revelando su figura hominida.

- Mejor asi - sonrío, cómodo - Soy Oliver "Pelaje de Sol", ayudante especial del Guardián. Ahroum metis, Cliath de los Hijos de Gaia - se presento tan de carrerilla como había aprendido.

Ya extendiendo la mano, con intención de dar el saludo formal de los Fianna, por el antebrazo.

La joven Hana, había llegado en uno de esos portales, como la mayoría de los chavales que por allí correteaban, desde su hogar, New York.
La ciudad no estaba muy lejos pero aun así es el método que habían usado para llevarla a este lugar los que la habían encontrado hace un par día o quizás unos pocos más. No le habían explicado mucho de su nueva condición solo lo más básico, le comentaron que a donde llagaría se encargarían de ella y le explicarían mas cosas, solo eso le mantenía allí, sino ya habría intentado escapar de ese lugar, que para ella no era mas que otro sitio donde mantener a los niños para que no molestaran a los adultos y poder mantenerlos bajo control.

Camino unos pasos alejándose de la zona de portales, buscando un sitio donde no hubiera tantos niños correteando felices, no podía comprender como podían estar tan contentos, tan sumida estaba en sus quejas que no se percato del águila sobrevolando el lugar que su mente lo sobre entendió como una nube que de vez en cuando ocultaba la luz del cielo.

Caminando hacia un árbol, se dirige a la sombra de éste con toda la intención de sentarse al pie del mismo, aunque en su camino no puedo evitar ver a la distancia como un hombre de mediana edad, no especialmente fornido ni alto, de pelo rojizo y corto, aparecía de la nada.

Eso realmente le sorprendió ¿Cómo alguien podía aparecer de la nada?
Se quedo parada mirando sorprendida, a ese caballero que se acercaba a hablar con un lobo eso era algo realmente raro para ella, pero luego cayó que le habían explicado que había pasado a otro plano, quizás él acaba de regresar del plano de los espíritus al plano físico algo que seguramente aprendería aquí.

Sentándose bajo el árbol, se queda mirando en la dirección donde el hombre hablaba con el lobo, solo por curiosidad, hasta que este ultimo cambio de forma, en un principio se sobresalto, pero era algo a lo que debería acostumbrarse, aunque aun le parecía raro.

De hecho, no se había percatado en absoluto de que había entrado en el reino de los espíritus. Había sido tan sencillo, tan fácil pensar en buscar un lugar apacible, que la membrana de ambos mundos se dilató y su cuerpo fluyó hacia aquel apacible lugar, sin percatarla de ello.

Ni siquiera cuando Águila paso sobre ella, para alertarla de su error. No, la confundió con una nube. A ras de suelo, una rata se reía entre la hierba divertida y abandono sus juegos de caza lunulas, para ir a interesarse por la cachorra.

Hanna solo alcanzo a imaginar donde estaba cuando vio aparecer a Angus McBruce y aun así, llego a pensar que el venia del mundo de los espíritus, cuando era al revés.

- Cachorra, andas mas perdida que un dólar en el bolsillo de un roehuesos - vino a hablarle la rata, en un tosco lenguaje humano muy agudo, casi chillón.

Levantándose a dos patas sobre la hierba, para que pudiera verla. Una rata bien regordeta, de patas rosadas, hocico negro y pelaje gris fuerte.

Para el espíritu la cosa estaba clara. 2+2=4. La cachorra tenia que darse cuenta de que ninguna rata hablaría con ella en el mundo físico. Se la quedo mirando a la espera de que esa idea brillase en su mente, con luz propia.

Abriendo mucho los ojos perpleja por ver una rata parlante se sobresalto, cayendo un poco hacia al lado en su intento de retroceder del lugar donde estaba sentada.

Tras un segundo de susto, se queda un rato mirando a la rata empezado a enlazar ideas.

-No…esto no es normal-señalando a la rata con el dedo índice de la diestra.
-Normalmente las ratas no hablan en el plano normal, ¿verdad?-se refería al plano físico, con esa pregunta pretendía asegurarse de lo que mas o menos le habían contado y ya sospechaba pero quería la confirmación por parte de…¿una rata? No, no hacia falta confirmación, estaba claro.

-Eso quiere decir que yo estoy al otro lado y que ahora estoy hablando con un espíritu-Aun señalando a la rata hablando con ella, bueno mas bien pensando en voz alta para asegurar sus dudas.

-Y…¿ahora que tengo que hacer aquí?, ¿A caso no debería pasar al otro lado? ¿Me debería quedar? ¿Si quiero pasar que debería hacer?¿Y si…?- Era mucha las preguntas que quería hacerle a la rata de su nueva condición, tanta que se trababa un poco por su impaciencia, además, no sabia por donde empezar ni por donde acabar.

- Menudo fichaje - rió la rata mirándola mientras movía sus bigotes. - Menos mal que hablo humano, sino te mueres de asco para vértelas en salir - se echo hacia delante comenzando a caminar hacia los otros dos garous.

Se volvió un momento a mirarla y mascullo una seca orden.

-¡Sígueme, vamos!- de responder a miles de preguntas ni hablar. Con una bastaba. Volver al plano físico... por supuesto.

Pero con alguien responsable, de ahí que lo llevara ante el.

-Ejem, ejem... - tosió llamando su atención, a unos pasitos de ellos. -¡Eh, grandullones!- saltaba sobre sus patas, para que la vieran.

Angus se encontraba en ese momento respondiendo al saludo que le hacía Oliver "Pelaje al sol".

-Vaya... ese cambio de forma ha sido muy fluido... es un placer conocerte- le decía mientras estrechaba su antebrazo. En ese momento sintió más que escuchó a la rata y bajó la mirada.

-Mmm... hola!- le saludó, mirando sobre la rata y advirtiendo la presencia de Hana.

Tal como le había ordenado la rata le había seguido, aunque sinceramente, prefería que le explicara y resolviera sus dudas la pequeña rata, antes que los adultos o ese ser tan grande con forma de lobo humanoide, lo que le habían explicado que era un Garou, que sin duda si agotaba su paciencia podría matarla de un bocado o un zarpazo.

Pero no le quedaba de otra que seguir a la rata, hasta que alguien no resolviera todas sus dudas que cada vez iban en aumento, no podría hacer mucho.

-Hola a tu - le miro y luego centro su vista en el chico - Esta cachorra anda muy descolocada, y con pocas ideas de nada. Esta tan sin ideas como la leche recién sacada y.... - alzo las orejas, deteniéndose a escuchar.

Abrió los ojillos algo más, con graciosa sonrisa.

- Tirad pá ya - señalo a donde estaban los demás garous, pasando mas o menos ordenadamente al plano físico. - El guardián ya quiere oír presentaciones y dar a conocer un poco las normas del lugar - se retiro para marcharse y al pasar al lado de Hana le grito - ¡Suerte! -

Oliver miro a ambos garous y se encogió de hombros.

- Bueno, pues ya la habéis oído. Id hacia allá por favor, y que os lo paséis bien – volvió a cambiar a su forma lobuna y se alejo a paso tranquilo.

-Mi nombre es Angus Mc Bruce, encantado- Su voz sonaba melodiosa, pese al acento de algún lugar de las islas británicas, o quizás precisamente a causa de ello. Le tendió la mano a Hana con una fugaz sonrisa. No era lo que se dice guapo, pero tampoco feo, y parecía conectar bien con la situación de la chica.

-Veo que estás algo desorientada... yo mismo también he llegado hace poco. Si lo deseas, podemos ir juntos a presentarnos.

Piensa: ¿Descolocada y sin ideas? Claro, ¿como quieres que este cuando toda mi vida desde un medio a otro a cambiado radicalmente y ahora todo lo que hasta ahora era normal ha terminado siendo sustituido por… por un mundo que no tiene ni pies ni cabezas?

Siguió escuchando a la rata hasta que esta se despidió deseándole suerte.
Aunque esta vez no demostró sorpresa observo como el lobo humanoide tomaba más el aspecto de un lobo.

Pensando: ¿cuando encoje de esta forma…. donde meterá toda esa musculatura que había cuando era más grande? Bueno en un momento dando los músculos y la carne se puede disimular,… ¿pero los huesos?

Estaba sumida en esos pensamiento hasta que escucho a voz del otro individuo que la saco de sus cavilaciones.

Respondiendo al saludo del hombre que se hacia llamar Angus Mc Bruce dándole la mano.

-Yo soy Hana , y creo que también llegue hace poco… -Con la otra mano libre se sobaba su desordenado pelo que aunque los tenia acomodado en dos rubiascas trenzas, estaban algo deshilachadas, le resultaba raro que le saludaran como a una persona adulta, pero al menos tenias que responder a las buenas maneras del hombre que estaba frente a ella.

Después del saludo, soltó su mano para emprender el camino hacia donde la habían dicho.

- Eso de presentarse,…¿ que es, como en una corte? ¿Tengo que decir mi nombre y hacer una reverencia inclinándome o que? ¿O es simplemente decir tu nombre que te hagan una foto y te fichen como en una oficina policial o de un orfanato?

Miraba al hombre mientras hablaba, ciertamente algo le habían comentado, pero aun no terminaba de entender muy bien a que se referían.

-Bien, eso creo que es fácil si solo es decir mi nombre, lo demás... -dudando- nombre espiritual supongo que es mi nombre también. - Va contando con los dedos de la diestra puntualizando las cosas que él mencionó.

- Rango... ¿son los estudios cursados hasta ahora? -Levanta su mirada desde sus dedos hasta el hombre, buscando en lso gestos de su cara alguna confirmación mientras sigue hablando.
- Y auspicio...-suspira algo agobiada, bajando la mano con la que contaba.
-Creo que termino antes si te digo que no tengo idea, hasta ahora nadie me ha explicado las cosas en condiciones o al menos no me han dado muchas explicaciones, y sinceramente… creo que tenéis muchos formulismos, mas que la administración de hacienda.

-De todas formas aunque dijera todo eso que me pedís, no me reconocería nadie, y tampoco veo que a los demás le importe mucho, ¿no?

Los demas jovenes garous ya habian estado formando fila, mientras ellos hablaban. El paso hacia el mundo fisico, fue igual de sencillo.

-¡Eh, por favor! - el joven Atreides les llamo la atencion - Por favor, unanse a la fila de jovenes y si no se han presentado haganlo de una buena vez. El Padre Thomas se esta quedando dormido y no queremos que pase eso - les sonrio, cual si les hiciera participe de una amable broma.

Frente a ellos, a no mas de veinte pasos, la fila de muchachos se iba moviendo en direccion al anciano que con cara aburrida, anotaba sus nombres en una tableta de plastico, tras escuchar una detallada o corta presentacion.

Angus sonrió ante la ocurrencia de la chica llamada Hana. Al escuchar que se les llamaba al orden, señalo a la fila que se iba formando.

- Mira... vas a tener varios ejemplos para hacerte una idea... si algo de lo que escuchas no lo entiendes, pregúntame...

Solo asintió para no interrumpir con su voz y para así poder escuchar como los demas se presentaba. Posó su mirada para ver si ademas habia que hacer algun gesto extraño, como por ejemplo inclinarse , pegarse cabezaso con el mayor, tomar la mano, o incluso dar palmitas,...habia llegado a pensar que quizas esto podria llegar a ser como una especie de hermandad o algo así.

A ver si no era demasiado complicado.

Le dio tiempo a escuchar las dos ultimas presentaciones. A cada cual mas dintinta la una de la otra.

El primer chico, de claro aspecto Europeo, mostraba un talle regio, de enchura media y altura normal. Se coloco en posicion de firmes ante el viejo padrecito y con una sonrisa orgullosa pronuncio en un perfecto ingles.

- Kiew Petrokov "Sentido del Peligro", Colmillo Plateado, hominido, cliath. Descendiente del muy amado y respetado Viktor Petrokov "Portador de Ley", Anciano de mi tribu, mi bisabuelo. Que tuvo a justa medida - tomo aliento y dando un paso atras, desenvaino proveniente de la nada un sable de hermoso resplandor en bruñido oro para la empuñadura y perfecta plata para la hoja, de casi un brazo de largo -hacerme poseedor de su Klaive "Sangre Azul"

El padre Thomas ni siquiera parecio sorprendido. Miro al muchachito, luego al Klaive y con un mero ademan de la mano, que casi parecio medio reverencial, le indico que ya podia reunirse con los que serian sus nuevos amigos.

Luego avanzo el segundo muchacho. A pasos timidos, miro a unos y otros, y carraspeo para llamar una atencion que ya tenia sobre si. Con sus casi 2,10 de altura, era imposible no ver a semejante muchacho, que aunque al igual que anterior, se podria haber dicho tener porte regio. Este hacia mas por ocultarlo que hacerlo visible, intentando mantener las manos dentro una camisa una talla mayor y el rostro igualmente dentro de una capucha que le ocultara de miradas indeseadas.

- Ivan Awitz "Huesos de Hielo" Señor de la Sombras, metis, cliath, Señor -

Thomas levanto la cabeza de la tableta y entrecerro los ojos, esperando.

Ivan trago saliba, comprendiendo lo que se esperaba de el.

- Huesos fragiles, señor. Y antes de que lo pregunte... No, mi tribu no me deja añadir la sangre de mis ancestros a la presentacion - diciendo con bastante incomodidad.

Thomas chasqueo la lengua, se atuso el pelo y lo dejo pasar sin mas preguntas. No le exigian como en otros tumulos que adoptara la forma de nacimiento, al ser este un tumulo abierto en varios puntos a los seres humanos.
Ya se estaba levantando para irse, cuando Atreides se acerco a indicarle que aun restaban unos pocos miembros mas.

-¡Pues que pasen de una vez. Me muero por tomar una cama! - se le oyo decir, alzando los brazos, como loco al aire.

Esos ultimos que restaban a presentarse eran... Ellos y el muchachito parentela.

Pensando: <>


Tragando saliva como ultimo acopio de valor, dió sus pasos para posicionarse antes el padre Tomas.

-Mi nombre es Hana. Naci el dia en que la luna estaba oculta. Los Hijos de Gaia fueron los que me recojieron cuando estaba perdida hace unos pocos dias. No soy portadora de ningun Klaive y me presento ante..*ahi duda como referirse al padre* ...ante vos tal y como soy.

Mira de reojo a Angus esperando algo de complicidad por parte de él a ver si le indicaba sin que los demas se diera cuenta lo que le faltaba, pero enverdad tenia poca confianza ya que dudaba que un adulto tuviera la capacidad de ser complice de un adolecente, pero ese adulto por ahora se habia portado bastante mejor que los del orfanato.

Una vez anotado los nombres, Thomas respiro hondo y crujiendo sus huesos al levantarse del banco, señalo vagamente los limites del tumulo.

- Todo el parque es de estructura abierta. Lo que significa que los paseos en las formas crinos e hispo estan totalmente prohibidas. Todo el canal de Washington que esta en nuestro lado de la ribera es nuestro, mientras que en la otra ribera, pertenece a una poderosa comunidad de sanguijuelas con las que mas o menos hemos llegado a un trato. Son especialmente feos asi que los reconocereis enseguida... - puso especial interes en los gestos y formas de los garous de mas pedigri. Un cierto suspiro hondo salio del joven Colmillo Plateado, pero al no llegar a abrir la boca, Padre Thomas siguio explicando.

Bien sabia, que los Colmillos, Fiana, Señores, la Camada y las Furias, protestarian mas adelante por otra practica, que era ley en el tumulo. Pero eso ya se lo dejaria explicar, al joven Atreides. El era mas civilizado, y menos irritable en ese delicado asunto.

- Como decia trato... Nosotros no les matamos, y ellos no tratan de matarnos. Nosotros no reclamamos ese trozo y ellos dejan tranquilos al barquero de la basura, que es de nuestra parentala y hace viajes de aqui a alla, llevando la basura y a veces, por unos pocos dolares - sonrio efusivamente a los mas jovenes -- jovenes que les parece muy largo el paseo a traves del puente, hacia la ciudad -

Tosio, se crujio los nudillos y echo a andar hacia delante, esperando que lo siguieran mientras seguia explicandose.

- Los humanos suelen pasear hasta el centro mas o menos del parque. El resto, no les suele llamar la atencion, gracias a nuestros theurges. Es mas, ningun humano puede salir herido durante el dia y repito, NO PUEDEN SALIR HERIDOS DE DIA - se paro a decirlo, habiendose volteado muy serio -- Pero cuando cae la noche, TODOS los humanos han de respetar este tumulo o se pueden ir al hospital o peor... es otro asunto, siempre y cuando no sean alborotadores de menos de 15 años, parejas del magreo o la vieja de las palomas. A los primeros los podeis asustar y un capon o dos, no nos importa, a las parejas... en fin, no seias mirones o sencillamente que no os vean. En cuanto a la vieja de las palomas, por muy chalada que esta, si le haceis daño... - en ese punto volteo de nuevo hacia ellos y les echo una mirada tan intensa, que uno podia haber pensado en volver al utero de su madre en aquel momento.

Padre Thomas siempre se tomaba sus tareas muy en serio, y si alguien no lo hacia. Se aseguraba que lo recordara para siempre.

- Bueno, yo os he explicado lo basico. Atreides os explicara lo comun, y lo inalterable. Bienvenidos al Clan del Despertar - hizo el gesto de la paz, extendiendo la mano ante ellos y luego echo a andar terreno abajo, perdiendose entre las sombras de las farolas del paseo.